Y al fondo de la buhardilla se desplegaba…Firme, blanca como la nieve, dándole ese carácter de ligereza, se camuflaba en el espacio de forma que apenas era percibida por los ojos. Acelerando el paso, me sitúe cerca de ella, donde pude apreciar su perfil brillante como si nos brindara una elegante y alegre sonrisa.
No pude evitar pasar mis manos por su frente y con un suave movimiento empezaron a girar sus ruedas y las puertas fácilmente se desplazaron por las guías…Qué gran placer nos dan las cosas que hacen más sencillo, ordenado y fácil el día a día!!